

En estos tiempos que corren es curioso ver cómo la naturaleza vive ajena a la paralización que sufre el mundo.
La primavera ha brotado con alegría y entusiasmo en todas sus dimensiones. Colorida, florecida y agradecida en la misma proporción. También, la fauna más salvaje se une a «la fiesta de la primavera».
El hospital de AMUS está viviendo unos días de esplendor en lo que a nacimientos se refiere. La familia crece, y algunas de las parejas de aves irrecuperables como la lechuza común ya es la segunda vez que trae pollos este año. De la misma forma, la pareja de buitres negros formada por un macho con un ala fracturada y la hembra que carece de un ala, están, desde hace días, fabricando su laborioso y rudimentario nido de amor. En caso de lograr culminar con éxito el proceso, comentan desde AMUS, «sería la primera vez que el hospital de AMUS tuviera descendencia tan preciada como es la de un pollo de buitre negro».
Además, a pocos metros de ellos, unas de las parejas de buitres leonados, también ejemplares irrecuperables, están alimentando, desde hace varios días, un pollo nacido para alegría de la comunidad animal y humana que trabajan y conviven día a día en estas instalaciones de Tierra de Barros. Es la segunda vez que crían.
Entre tantas noticias de pesar, incertidumbre y tristeza de estos días, la naturaleza nos manda un mensaje rotundo y esperanzador, empeñándose en conjugar verbos como nacer, crecer, brotar, vivir o amar. La vida ahí fuera continúa y pronto, muy pronto, volveremos a disfrutar de ella, cuidando y valorando, más aún, todo lo que nos rodea.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.