Algunas bordadoras villafranquesas que acudieron a la inauguración «De oficio bordadora» M.A.P
ARTESANÍA FEMENINA

Inaugurada la exposición «De oficio bordadora» en el MUVI

Centenares de trabajos, expuestos en dos salas, resume la importancia y la calidad del bordado en Villafranca de los Barros

Lunes, 2 de marzo 2020, 16:30

El pasado domingo, 1 de marzo, coincidiendo con el inicio del mes de la Mujer, se inauguró en el Museo Histórico-Etnográfico de Villafranca de los Barros, la exposición temporal «De oficio bordadora», una exposición con la que el consistorio ha querido rendir homenaje a todas las bordadoras que ha tenido y tiene Villafranca.

Centenares de trabajos, expuestos en dos salas, que resume la importancia y la calidad del bordado en la localidad, y que ponen de manifiesto las exigencias de las bordadoras villafranquesas.

José Manuel Blanco, concejal del MUVI y Bibi López, concejal de Igualdad inauguraron dicha exposición temporal en el Museo ante centenares de personas.

Sobre popelín, raso, lanilla, algodón, hilo, semihilo, batista, o en organza de seda, entre otros tejidos dejaron sus ojos aquellas bordadoras que por un digno o mínimo sueldo recorrían los talleres de las que fueran sus maestras de Villafranca con tal de que no faltase una ayuda, un empujoncito a ese día a día familiar.

Teóricamente en Villafranca de los Barros el bordado artesanal se sitúa el siglo XVI a manos de monjas clarisas afincadas en la localidad en el conventual situado en la plaza Corazón de María. Fue en el año 1854 cuando se vislumbra el mayor auge del bordado en Villafranca de los Barros. En ese año, la señora Juliana González Gragera funda un nuevo taller en la antigua calle Velarde. Es considerada como la precursora de esta labor de forma industrial, cuyo importante trabajo vino a resolver, en gran parte, el problema del trabajo de la figura de la mujer en Villafranca de los Barros. Juliana González Gragera contó por entonces, con más de 600 operarias, que hacían toda clase de bordados en blanco, colores y oro, según exigencia de los clientes.

La calidad de los trabajos que salían de este taller le permitieron ampliar su cartera de clientes, además, participaron en importantes eventos como la Exposición de Regional de 1892 donde obtuvo la Gran Medalla de Oro. Pero no solo se limitaron al ámbito nacional, el bordado villafranqués traspasó las fronteras, como así lo certifica la participación en el World's Columbian Exposition de Chicago en 1893 y en la Expositión Universelle de París en el año 1900 donde los trabajos presentados fueron galardonados.

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Actualmente aún quedan bordadoras en Villafranca que realizan trabajos como afición para regalar a familiares y amigos en destacados eventos. Atrás quedó el negocio del bordado y la dura vida de la mujer bordadora en esos años difíciles, pero queda grabado en todas ellas, el difícil arte del bordado así como los buenos momentos vividos y compartidos. Pasaban a ser familia, en lugar de compañeras.

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