Diego Alías posa ante la catedral de Lund. CEDIDA

Continúa la segunda movilidad de la delegación del Rodríguez Cruz del proyecto Erasmus KA101 «Breaking barriers, opening minds»

De esta manera continúa imparable su internalización que se prolonga desde el curso 2012/2013 avanzando hacia acciones de mayor calado

Martes, 21 de mayo 2019, 20:59

Continúa la segunda movilidad de la delegación del Rodríguez Cruz del proyecto Erasmus KA101 «Breaking barriers, opening minds», que encabeza el Coordinador de proyectos europeos de este centro, Diego Alías. En las últimas horas, con una agenda menos apretada en lo académico, tendrán buena parte de la mañana para conocer la ciudad y sus lugares más emblemáticos. Más descansado tras varios días intensos, Diego cuenta desde Suecia que « hoy sí he podido desayunar tranquilamente, conocer a la persona que regenta el hotel y pagarle, pues con las prisas de ayer me fue imposible. Entablo conversación con el dueño del hotel, quien estuvo viviendo en España por motivos de trabajo y habla bastante bien español. Me pregunta por el motivo de mi estancia en Lund, si necesito algo y me cuenta que está pensando en comprarse una casa en España, bien en Málaga o en Alicante, para ver el sol que no tiene aquí. Termina diciéndome que se ha recorrido España en coche de norte a sur y de este a oeste y que tenemos un gran país».

El día está nublado y la temperatura más fresca, a esta hora no superan los 12º y no cree que se alcancen hoy los 20º; aún así, es curioso ver a los suecos en pantalón corto y ligeros de ropa de abrigo. Supone el profesor que tras el gélido frío invernal, están deseando quitarse capas. Sale a la calle cazadora puesta y folleto en mano, con una ruta a pie que recorre los lugares más emblemáticos y céntricos de la ciudad. Ya ha tenido ocasión de ver algo de esta preciosa y tranquila ciudad de calles estrechas y adoquinadas, edificios preciosos y casas de colores con tejados inclinados al estilo de los cuentos de Hans Christian Andersen, pero hoy la conocerá con más detalle. Dice el folleto que Lund es una ciudad de contrastes que mezcla lo viejo y lo nuevo, la tradición y la innovación.

La catedral de Lund es la primera y obligada parada de su ruta; majestuosa catedral luterana que alberga un espectacular reloj astronómico de 1440. De camino al Museo de la Vida, hace una parada en el precioso edificio central de la universidad y en su biblioteca, la cual parece estar sacada de una película de Harry Potter. La fachada de la biblioteca es espectacular. Hace fotos y accede a su interior; en una de sus salas, de estilo clásico, suelo de madera y lámparas de techo bajas, puede observar a alumnos concentrados en su estudio todos delante de sus portátiles y tablets. Tras visitar el Museo de la Vida, se dirige al Jardín Botánico. Ya le habían dicho que era muy bonito, pero hoy ha podido comprobarlo, es espectacular. «Paseando por sus jardines perfectamente cuidados y verdes, es fácil experimentar una sensación de paz mientras disfrutas del color, belleza y olor de miles de plantas y árboles; una auténtica delicia». Así nos describe Diego Alías su experiencia de las últimas horas.

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