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Esta mañana AMUS ha liberado un Águila imperial recuperado en su hospital tras sufrir una electrocución. Tras más de dos décadas es la primera vez que AMUS suelta a un ejemplar electrocutado. Para Álvaro Guerrero, uno de los fundadores de este hospital ubicado en Villafranca de los Barros, un acontecimiento único en la historia de la recuperación de la fauna salvaje de este país. «Más que emocionado, sorprendido… a medida que te haces mayor vas pensando que los sueños no se cumplen y que los milagros tampoco son reales, y con los años que llevamos trabajando para la conservación de la naturaleza, ser espectadores y partícipes de un milagro y de un sueño hecho realidad, la verdad, que es para estar emocionado, muy contento», relató Guerrero, minutos después de liberar al águila a manos de Jesús Moreno, Director General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura.
El hospital de AMUS dependiente de la DGS de la Junta de Extremadura ha conseguido con una terapia avanzada y novedosa gestionar las lesiones generadas por una descarga eléctrica y recuperar a este ejemplar para devolverlo totalmente restablecido a la naturaleza. «Lo que se ha hecho es replicar los modelos que se utilizan en personas, en hospitales de humanos, sobre todo, en las áreas de quemados, que es lo mismo, las electrocuciones son quemaduras… hemos replicado y hemos transfundido toda esa información en este pájaro, hemos hecho exactamente lo mismo» explicó.
A partir de ahora se abre un nueva senda basada en la esperanza y transportada en una innovadora ciencia, que hará lo imposible por darle una segunda oportunidad a aves condenadas a morir o a vivir en cautividad el resto de sus días.
El Águila imperial es una de las rapaces más amenazadas del planeta. Las electrocuciones afectan a casi el 80% de los ejemplares en sus primeros años. Esta, a la que han puesto de nombre Duna, no tenía más de un año cuando sufrió dicho accidente. Tan solo ha tardado tres meses en recuperarse.
Va a estar contralada por chip durante al menos cinco años.
Extremadura dispone de algo más de cincuenta parejas reproductoras, de las 330 aproximadamente que existen censadas en España. Están repartidas entre Monfragüe, Sierras de San Pedro, Sierras de Azuaga y Llerena y las periferias de las sierras de Hornachos y supone uno de los más importantes bastiones poblacionales junto con Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid. Duna vuelve ahora a volar, no se sabe qué lugares explorará. Pero según Álvaro Guerrero, es muy probable que vuelva al lugar donde nació, y permanezca en Extremadura.
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