Borrar
Un componente de AMUS sostiene un ejemplar de águila real.
AMUS alerta de los peligros que acechan a las especies protegidas por parte de los cazadores

AMUS alerta de los peligros que acechan a las especies protegidas por parte de los cazadores

La semana próxima se abre la temporada general de caza envuelta una vez más en la ambivalencia y en la imperiosa necesidad de valorar los pros y contras de un actividad cada vez más cuestionada por amplios sectores de la sociedad

REDACCIÓN HOY VILLAFRANCA

Jueves, 6 de octubre 2016, 19:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El ingreso este 5 de Octubre de 2016 de una hembra de Águila real en el hospital de AMUS con 14 perdigones de plomo tras haber sido disparada, alerta y vuelve a poner el acento de la incidencia, que sobre las especies protegidas, ejerce un sector que, en opinión de la organización conservacionista, demuestra ininterrumpidamente la ausencia de sensibilidad por la fauna catalogada y la omisión a cualquier normativa.

La semana próxima se abre la temporada general de caza envuelta una vez más en la ambivalencia y en la imperiosa necesidad de valorar los pros y contras de un actividad cada vez más cuestionada por amplios sectores de la sociedad.

"No vamos analizar la justificación de la caza en pleno siglo XXI ni si es necesaria de cara al equilibrio entre predadores, herbívoros y cubierta vegetal, aunque esta idílica armonía se fracturó en el momento que la caza se convirtió en una actividad empresarial gestionada en aras de la máxima rentabilidad", afirma AMUS en nota de prensa.

Hoy se produce caza con métodos poco contrastados científicamente y hoy se combaten los efectos de esa ruptura entre predadores-presas y la escasez o abundancia de especies cinegéticas con medidas maquilladas de control biológico más propias de épocas en las que se disparaba con arcabuz. En todo este escenario empresas dispares, gestores cinegéticos, propietarios y una gran horquilla de anexos (ferias, complementos, viajes) han hecho que esta afición genere importantes divisas pero también una gran controversia por sus consecuencias sobre todo ecológicas.

Algunas de estas especies que son disparadas con impunidad cada fin de semana son las mismas en las que se invierte gran cantidad de fondos públicos para todo lo contario, es decir, para conservarlas. "Esto es una contradicción o mejor dicho, un fraude. Actos como este ponen de manifiesto por enésima vez la necesidad de una profunda revisión sobre este gremio y sobre sus consecuencias en el mantenimiento de una biodiversidad que con ironía absurda y zafia se la atribuyen ellos, es decir que si existe fauna es por los cazadores", añade AMUS.

El grupo ecologista con sede en Villafranca considera que "desde las propias administraciones no afrontar, no solo cómo se gestiona la caza, o como se controla a los cazadores, sino los efectos de su práctica sobre los ecosistemas y las especies protegidas es una grave exención de responsabilidades, consentir o no asumir la gravedad de estos hechos es una gran irresponsabilidad que algún día pagaremos muy caro: perdiendo más especies y teniendo que dar cuentas a Europa".

La caza ilegal se encuentra junto con las electrocuciones, atropellos y colisiones entre las causas de ingresos más frecuentes en los centros de recuperación.

España, Extremadura sin ir más lejos, pertenece a un área biogeográfica dispar en ecosistemas y exclusiva en lo genuino de especies de gran valor en Europa y en el Mundo, conservada como un producto al vacio hoy convertido en referencia internacional. Particularidad milagrosa que la hace referente como primer destino para observar aves y paisajes conservados. Esta matriz de exponente biodiversidad debe ser correspondida con una buena gestión, de ahí la enorme responsabilidad de asegurar que todo este crisol de fauna, de endemismos, de paisajes perduren en el tiempo sin riesgo de erosión genética ni poblacional.

A España acuden a cazar varios miles de personas cada año, se estima que existen sobre 800.000 cazadores, en muchas ocasiones es necesario tener una media/alta renta per cápita para desarrollar esta actividad. Se movilizan sobre 3,700 millones de euros al año según la federación de caza y además este sector recibe subvenciones públicas. La versatilidad de las órdenes de vedas generan la picaresca y ejercer la acción cinegética casi todo el año: entre descastes por daños y otros argumentos se justifican y autorizan acciones venatorias durante muchos meses en la anualidad. Pues con todo esto también se estiman por miles los ejemplares pertenecientes a especies protegidas que son el blanco de las escopetas considerándose que en época de caza de cuatro ejemplares 1,4 ingresa por disparo. Este sex ratio no es ni a todas luces real porque también se deduce que por cada ejemplar encontrado herido en un radio de 25 kilómetros a la redonda hay al menos 4 que no serán hallados por nadie y por tanto no formaran parte nunca de ningún sondeo, ni estadística.

España se ha convertido en un país en donde menores de edad pueden ya tener licencia para cazar, los exámenes y controles a los cazadores son de risa, las sanciones a determinados cotos o particulares de anécdota o de bronca de niños y en el que además en los presupuestos generales hay subvenciones para las federaciones de caza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios